DEATH (historia asdas)
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DEATH (historia asdas)
Bueno, aquí comienza la historia, hace ya que tiempo, hace como dos siglos atrás, había un doctor o científico, este ya falleciendo le dejo todo a su esposa, nunca tuvieron hijos, pero el doctor solo le dijo que con todos los avances de esa época tratara de crear o de adoptar uno.
A el fallecimiento del hombre, su mujer fue a un orfanato, pero a causa de un incendio varios niños tenían partes quemadas, buscando ese día al niño o niña ideal encontró a un muchacho de no menos de unos 6 años, solo tenia unas pequeñas marcas en las mejillas, tal vez quemaduras y este jugaba con un peluche de cachorro, algo descuidado, ella sintió ternura por el pequeño y lo adopto.
Al llevarlo a su castillo, su nueva madre cuidaba al chico como podía, pero se dio cuenta de que esas quemaduras le estaban causando una infección, y no solo tenía quemaduras en las mejillas si no sus orejas estaban quemadas por dentro y por fuera. Empezó a pensar de que el corría el riesgo de morir infectado, así que empezó a buscar entre todas las herramientas y objetos de su marido a ver si podía ponerle transplantes o aunque sea quitarle la piel y reemplazársela.
Tras buscar medio día, preocupada por su hijo adoptivo se espanto al no solo encontrar herramientas extrañas y órganos humanos, también de animales. Pensó que… ¿Cómo sería una persona con transplantes…animales?, sabía que su hijo no seria aceptado por la sociedad, pero quería que viviera mejor, con orejas humanas le costaría demasiado, porque ella no solo fue una enfermera si no que se especializaba mas en el área de veterinario y tal vez su hijo moriría en la operación, pues un solo error y lo lamentaría por el resto de su vida.
Pasaron Varios meses y no sabía si su hijo venía con nombre o ella se lo tenía que poner, no le podía preguntar su nombre pues, estaba sordo, y por eso cada noche antes de dormir estudiaba como transplantar con muchos libros, ensayando con animales, al final logro un buen resultado.
Un día un poco lluvioso, la mujer llamó a su hijo, pero este no le oía hasta que tuvo una idea, escribió en papel – “hijo quiero que me acompañes, te voy a curar” – después de escribirlo en el papel, fue a ver a su hijo, estaba en su cuarto jugando con su cachorro de peluche, su “madre” le puso una mano en su hombro y le mostró el papel, este observaba las letras parecía como si las entendiera, el pequeño leyó en susurro – hijo…quiero...que … me …a-com…pañes…te…voy a…curar – su madre puso una cara de satisfacción al saber que su pequeño sabía leer, y luego lo abraso, también estaba contenta de oír la voz de su hijo, que casi nunca lo oía hablar, por pasar encerrado jugando, abrasó a su hijo y este dijo – te quiero mami –su madre lo siguió abrasando y casi llorando.
Llevó a su hijo de la mano a una torre de su castillo, lo acostó en una camilla y le inyectó un químico que lo adormeció. Ella tomo los frascos con los órganos y partes animales y comenzó con la operación.
Pasaron las horas, y su madre seguía operándolo hasta que terminó.
Su hijo ahora tenía orejas le lobo y también cola, pero donde tenía quemadas las mejillas no pudo hacer mucho así que solo le puso una crema desinfectante y le puso dos parches al pequeño, volvió a su habitación y lo dejo en su cama, descansando, presenció que su retoño estaba moviendo su cola de lobezno.
Al día siguiente estaba sentada leyendo un libro sobre medicina, y aunque tuviera solo licenciatura veterinaria se dio cuenta de que operar personas era igual que operar a un animal, por poseer los mismos órganos vitales. Oyó un grito estremecedor de su niño y fue corriendo a su habitación, el pequeño estaba aferrado de su cachorro de peluche muy asustado, su madre lo observó muy asustadamente, el pequeño vio a su madre y la abrasó junto a su peluche y pregunto – ¿que fue ese ruido tan grande que oí? – Su madre observó por la ventana y le respondió – esos son rayos, choques entre las nubes, descargas eléctricas – el pequeño se seguía aferrando de su madre – los he visto antes pero...después de que esa cosa de color rojo y amarillo me atrapo no he vuelto a oírlos, y no se porque recién los he vuelto a oír, ¿sabes porque mami? – su madre tenía que decirle que lo curo, pero no sabía que reacción tendría – hijo, eh...mira ayer, cuando te fui a curar, te...eh...cure tus oídos, la cosa roja y amarilla te los quemo, ahora puedes volver a oír – el pequeño miro asombrado a su madre, pero tras darse cuenta de que lo hizo por el y por su salud le dijo – gracias mami algún día se que te lo recompensare – dijo besando a su mama en una de sus mejillas, su madre no solo estaba contenta si no que muy satisfecha con los resultados, y además que su hijo se veía muy lindo con aquellas orejas de lobo.
Los años pasaron y la madre le puso un nombre a su pequeño, Takemaru pues ese era el nombre que ella le iba a poner a su hijo biológico que no tubo, el pequeño chico empezó a dedicarse a la lectura de barios libros, la biblioteca del castillo era enorme y ya con 15 años de edad, se había leído la mitad de todos los libros, de medicina. Matemáticas, Historia. Astronomía, Ciencias y más, ya sabía muchas cosas y había adquirido mucha sabiduría, tanta como la de su madre. Estaba el en su cuarto leyendo un nuevo libro que le compro su mamá, no era uno cualquiera si no que este era más grande que los demás, ese libro, al empezar a leerlo era uno sobre psicología y amor, el entendía poco los sentimientos, porque tenía la impresión de que iba a ser rechazado por su aspecto, pues no veía mujer que no se interesara por un hombre con masa muscular.
Seguía leyendo el libro hasta terminar sus 396 paginas, quedo pensando en el libro, se dio cuenta, gracias a el libro, que las personas nunca aceptaban a los demás por como son, solo aceptaban sus cascarones y no su pulpa, como una fruta – puede que una naranja tenga un color diferente, pero seguirá siendo una naranja – se toco una de sus orejas – y puede que tenga orejas de lobo pero sigo siendo un ser viviente – en ese mismo instante oyó una explosión, trato de oír de donde provenía, pero no era de adentro si no de afuera, vio por una ventana y observó que su antiguo hogar estaba envuelto en llamas, corrió hasta el cuarto de su madre y ella estaba poniéndose su bata de doctora – ¡madre el orfanato esta!... – ella respondió – ya lo se – fueron rápidamente hasta el punto del acontecimiento, muchas personas reunidas alrededor del lugar tratando de apagar el incendio, al llegar estaba cubierto por una capa color rojo, que le ocultaba sus orejas y su cola. El observaba traumadamente el fuego, las llamas envolviendo aquel lugar, hasta que su madre le toco el hombro – vamos a ver a los sobrevivientes – viendo que en unos colchones de plumas pusieron a unos niños y niñas, semejante de su edad. Fue corriendo a verlos a ver si aun los reconocía –TAKERU! – decía una chica de cabello negro y ojos rojos, con piel tan pálida como la nieve, estaba tratando de despertar a un chico de cabello negro, este parecía no reaccionar, también noto a otra muchacha de cabello negro pero con ojos café y a una pequeña de cabello azul, haciendo el mismo acto que la de ojos rojos, pero solo que a una peliceleste, el chico fue a ver si aún estaban vivos ambos – madre creo que estos son los que han sobrevivido – un aldeano se acerco – efectivamente, señor – el aldeano observaba curiosamente a nuestro lobezno amigo, pero el aldeano dejo de observarlo al notar que alguien salía apresuradamente del edificio, un chico con una mascara, se le notaba un ojo color sangre – no hay nadie más, o tal vez los otros murieron, observo a la peliazul – Tsuki, hay que llamar a alguien – para luego posar sus ojos sobre los inconscientes - ¿HAY ALGUN DOCTOR AQUÍ? ¡NECESITAN AYUDA ESTOS CHICOS! – la madre del chico lobo encapuchado fue a ver a los heridos, tras examinarlos por visto deslució – tienen quemaduras graves y apenas pueden respirar – pero se sorprendió al notar que los otros niños también tenían quemaduras y no solo eso si no marcas hechas de sangre y más cosas - ¡DONDE ESTA EL DUEÑO DE ESTE LUGAR! – Alguien le contesto – m-murió quemado – miro enojadamente sus manos – maldito bastando, hacerle esas cosas a esos niños, es imperdonable, que se pudra en el infierno – levanto a Takeru – hijo, ayúdame con la chica de pelo celeste – el muchacho obedeció y la levanto, observó que tenía un ojo y una parte de la cara totalmente quemada, llevando a los niños al castillo y los otros acompañando.
Al llegar la mujer empezó a operar al muchacho que tenía no solo una parte de su cara quemada si no también sus orejas y toda su espalda, alo acostó boca-abajo en la camilla, se puso unos guantes, saco unos grandes frascos y dijo – empezaré, hijo ve a los otros niños, tal ves conozcas a alguno de ellos – el chico obedeció y se alejo de la habitación. Observó a los heridos, y los reconoció en un instante, pero antes se sacó su capa, el chico se quedo sorprendido al observar a sus mismísimos compañeros de cuarto, la chica de cabello negro y ojos rojos era Yukira, el no le hablaba mucho que digamos. La otra chica del mismo color de cabello pero con ojos café es Miharu, le caía bien pero no era su súper amiga, la chica de cabello azul es Tsuki, lo mismo que Miharu...El chico enmascarado es Zaiden, el novio de Tsuki, pues a los dos los conocía pero no andaba mucho con ellos, y la chica de cabello celeste es Aioria, a quien le dijo que le daría siempre apoyo y la defendería. Seguía observando a los inquilinos en el castillo hasta que una voz que provenía de la peliazul dijo - ...veo que no has cambiado, ¿y que nombre te pusieron? – El muchacho dijo – pues mi madre adoptiva me llama Takemaru, y ¿como es que escaparon del incendio? – La chica dijo – solo salimos, pero Ai-chan se quedo dentro – el chico lobo se le levantaron sus orejas y observo a la chica muy desorbitadamente – creo que no alcanzo a escapar y...salio tarde – el chico ahora la miro asombrado, pero de inmediato cargo a la chica de cabello celeste en sus brazos y observó su cara, por una parte quemada y con un ojo faltante – o jala que madre acabe pronto – pasaron los minutos, y de una habitación salió un chico con unas cicatrices en la cara y con orejas de gato – hice lo que puse, pero vi que mi esposo había hecho “algo” con las orejas humanas – el chico gatuno estaba muy contento y se le veía en el rostro – gracias señora – dijo el chico muy alegremente y fue al lado de la chica oji roja – hijo, ahora le toca a ella – interrumpió Miharu – discúlpenos pero... – enseño una mitad de su cara que estaba tapada por unos flequitos de pelo, después, Yukira mostró su frente, y la chica peliazul un brazo suyo y al final el muchacho enmascarado su rostro – nosotros también queremos que nos ayude – dijeron a coro las niñas y el chico, con asombro el muchacho lobo respondió – después de ella nos encargaremos de ustedes – cargando a la chica, esta estaba inconsciente aún pero respiraba, de un momento para otro abrió su único ojo, cada vez mas abierto, su mirada decía que estaba asustada, que donde estaba y quien era. Muchas preguntas solo lo decía una mirada, cada vez mas estirado su iris y su pupila, tan estirada como la de un felino o algo más...al final cerró su ojo pero lentamente.
Llegando hasta la habitación el chico la recostó suavemente a la muchacha – hijo, vuelve a donde estabas, si algo pasa te llamare – el chico asintió y se retiró, volvió a donde se encontraban los otros niños, el se sentó en un sillón y preguntó – y como es que el orfanato se volvió a incendiar – Tsuki contestó – la verdad, tal vez fue por obra del dueño, ¿recuerdas que el siempre hablaba solo? – Miharu interrumpió – un día vino un sujeto y dijo que estaba...eh...enfermo – la peliazul continuó - y parece que esa enfermedad era del cerebro o algo así y nos decía que dios le había mandado quemar el orfanato, creo que como el la noche lo quemo – interrumpió Zaiden – porque sentí el aroma de algo muy...como decirlo, bueno cierto olor que es como si algo se quemara – prosiguió la chica – y el nos salvó a todos ¿cierto amor? – Interrumpió el chico lobo – ¡esperen un segundo los dos! O sea que todo este tiempo...tenía... ¿esquizofrenia? – Curiosamente, los niños asintieron rápidamente, el muchacho lobo se puso una mano en su cabeza y suspiró – con razón pasaba tanta cosa extraña, y el murió en el incendio ¿no? – La chica ojicafe habló – si, y tuviste mucha suerte de haber sido adoptado – la mayor parte, abajó su cabeza, el chico se dio cuenta de la desdicha de los demás, tan solo con esa edad, y aún nadie... – Takemaru, ven un segundo – dijo sorpresivamente su madre, su hijo fue donde estaba ella y le susurro – creo que estamos con un problema – el muchacho contesto - ¿Qué pasa? ...¿acaso m-murió? – Su madre negó con la cabeza – creo que el 80% de su piel esta quemada y ya le hice transplantes pero...no alcanzo para su cara – el chico preguntó – puedo... ¿ver como esta? – la mujer asintió y fueron a ver a la chica, estaba en la camilla, y apenas respiraba, se notaba que su mano estaba totalmente cicatrizada, igual que su cuello – necesito piel, y no se de donde sacarla, si fuera mía tendría consecuencia de tener piel algo, COF vieja COF – el chico se quedo mirando a la muchacha, ya ni tenía aspecto de viva, pues extrañamente perdió el color de su piel, y ahora estaba muy grisácea – madre... ¿esta viva cierto? – la chica abrió su ojo como antes pero ahora como si fuera de una película de terror muy siniestra – quien esta hay – habló espeluznantemente la chica
bueh de hay sigo dew .3
A el fallecimiento del hombre, su mujer fue a un orfanato, pero a causa de un incendio varios niños tenían partes quemadas, buscando ese día al niño o niña ideal encontró a un muchacho de no menos de unos 6 años, solo tenia unas pequeñas marcas en las mejillas, tal vez quemaduras y este jugaba con un peluche de cachorro, algo descuidado, ella sintió ternura por el pequeño y lo adopto.
Al llevarlo a su castillo, su nueva madre cuidaba al chico como podía, pero se dio cuenta de que esas quemaduras le estaban causando una infección, y no solo tenía quemaduras en las mejillas si no sus orejas estaban quemadas por dentro y por fuera. Empezó a pensar de que el corría el riesgo de morir infectado, así que empezó a buscar entre todas las herramientas y objetos de su marido a ver si podía ponerle transplantes o aunque sea quitarle la piel y reemplazársela.
Tras buscar medio día, preocupada por su hijo adoptivo se espanto al no solo encontrar herramientas extrañas y órganos humanos, también de animales. Pensó que… ¿Cómo sería una persona con transplantes…animales?, sabía que su hijo no seria aceptado por la sociedad, pero quería que viviera mejor, con orejas humanas le costaría demasiado, porque ella no solo fue una enfermera si no que se especializaba mas en el área de veterinario y tal vez su hijo moriría en la operación, pues un solo error y lo lamentaría por el resto de su vida.
Pasaron Varios meses y no sabía si su hijo venía con nombre o ella se lo tenía que poner, no le podía preguntar su nombre pues, estaba sordo, y por eso cada noche antes de dormir estudiaba como transplantar con muchos libros, ensayando con animales, al final logro un buen resultado.
Un día un poco lluvioso, la mujer llamó a su hijo, pero este no le oía hasta que tuvo una idea, escribió en papel – “hijo quiero que me acompañes, te voy a curar” – después de escribirlo en el papel, fue a ver a su hijo, estaba en su cuarto jugando con su cachorro de peluche, su “madre” le puso una mano en su hombro y le mostró el papel, este observaba las letras parecía como si las entendiera, el pequeño leyó en susurro – hijo…quiero...que … me …a-com…pañes…te…voy a…curar – su madre puso una cara de satisfacción al saber que su pequeño sabía leer, y luego lo abraso, también estaba contenta de oír la voz de su hijo, que casi nunca lo oía hablar, por pasar encerrado jugando, abrasó a su hijo y este dijo – te quiero mami –su madre lo siguió abrasando y casi llorando.
Llevó a su hijo de la mano a una torre de su castillo, lo acostó en una camilla y le inyectó un químico que lo adormeció. Ella tomo los frascos con los órganos y partes animales y comenzó con la operación.
Pasaron las horas, y su madre seguía operándolo hasta que terminó.
Su hijo ahora tenía orejas le lobo y también cola, pero donde tenía quemadas las mejillas no pudo hacer mucho así que solo le puso una crema desinfectante y le puso dos parches al pequeño, volvió a su habitación y lo dejo en su cama, descansando, presenció que su retoño estaba moviendo su cola de lobezno.
Al día siguiente estaba sentada leyendo un libro sobre medicina, y aunque tuviera solo licenciatura veterinaria se dio cuenta de que operar personas era igual que operar a un animal, por poseer los mismos órganos vitales. Oyó un grito estremecedor de su niño y fue corriendo a su habitación, el pequeño estaba aferrado de su cachorro de peluche muy asustado, su madre lo observó muy asustadamente, el pequeño vio a su madre y la abrasó junto a su peluche y pregunto – ¿que fue ese ruido tan grande que oí? – Su madre observó por la ventana y le respondió – esos son rayos, choques entre las nubes, descargas eléctricas – el pequeño se seguía aferrando de su madre – los he visto antes pero...después de que esa cosa de color rojo y amarillo me atrapo no he vuelto a oírlos, y no se porque recién los he vuelto a oír, ¿sabes porque mami? – su madre tenía que decirle que lo curo, pero no sabía que reacción tendría – hijo, eh...mira ayer, cuando te fui a curar, te...eh...cure tus oídos, la cosa roja y amarilla te los quemo, ahora puedes volver a oír – el pequeño miro asombrado a su madre, pero tras darse cuenta de que lo hizo por el y por su salud le dijo – gracias mami algún día se que te lo recompensare – dijo besando a su mama en una de sus mejillas, su madre no solo estaba contenta si no que muy satisfecha con los resultados, y además que su hijo se veía muy lindo con aquellas orejas de lobo.
Los años pasaron y la madre le puso un nombre a su pequeño, Takemaru pues ese era el nombre que ella le iba a poner a su hijo biológico que no tubo, el pequeño chico empezó a dedicarse a la lectura de barios libros, la biblioteca del castillo era enorme y ya con 15 años de edad, se había leído la mitad de todos los libros, de medicina. Matemáticas, Historia. Astronomía, Ciencias y más, ya sabía muchas cosas y había adquirido mucha sabiduría, tanta como la de su madre. Estaba el en su cuarto leyendo un nuevo libro que le compro su mamá, no era uno cualquiera si no que este era más grande que los demás, ese libro, al empezar a leerlo era uno sobre psicología y amor, el entendía poco los sentimientos, porque tenía la impresión de que iba a ser rechazado por su aspecto, pues no veía mujer que no se interesara por un hombre con masa muscular.
Seguía leyendo el libro hasta terminar sus 396 paginas, quedo pensando en el libro, se dio cuenta, gracias a el libro, que las personas nunca aceptaban a los demás por como son, solo aceptaban sus cascarones y no su pulpa, como una fruta – puede que una naranja tenga un color diferente, pero seguirá siendo una naranja – se toco una de sus orejas – y puede que tenga orejas de lobo pero sigo siendo un ser viviente – en ese mismo instante oyó una explosión, trato de oír de donde provenía, pero no era de adentro si no de afuera, vio por una ventana y observó que su antiguo hogar estaba envuelto en llamas, corrió hasta el cuarto de su madre y ella estaba poniéndose su bata de doctora – ¡madre el orfanato esta!... – ella respondió – ya lo se – fueron rápidamente hasta el punto del acontecimiento, muchas personas reunidas alrededor del lugar tratando de apagar el incendio, al llegar estaba cubierto por una capa color rojo, que le ocultaba sus orejas y su cola. El observaba traumadamente el fuego, las llamas envolviendo aquel lugar, hasta que su madre le toco el hombro – vamos a ver a los sobrevivientes – viendo que en unos colchones de plumas pusieron a unos niños y niñas, semejante de su edad. Fue corriendo a verlos a ver si aun los reconocía –TAKERU! – decía una chica de cabello negro y ojos rojos, con piel tan pálida como la nieve, estaba tratando de despertar a un chico de cabello negro, este parecía no reaccionar, también noto a otra muchacha de cabello negro pero con ojos café y a una pequeña de cabello azul, haciendo el mismo acto que la de ojos rojos, pero solo que a una peliceleste, el chico fue a ver si aún estaban vivos ambos – madre creo que estos son los que han sobrevivido – un aldeano se acerco – efectivamente, señor – el aldeano observaba curiosamente a nuestro lobezno amigo, pero el aldeano dejo de observarlo al notar que alguien salía apresuradamente del edificio, un chico con una mascara, se le notaba un ojo color sangre – no hay nadie más, o tal vez los otros murieron, observo a la peliazul – Tsuki, hay que llamar a alguien – para luego posar sus ojos sobre los inconscientes - ¿HAY ALGUN DOCTOR AQUÍ? ¡NECESITAN AYUDA ESTOS CHICOS! – la madre del chico lobo encapuchado fue a ver a los heridos, tras examinarlos por visto deslució – tienen quemaduras graves y apenas pueden respirar – pero se sorprendió al notar que los otros niños también tenían quemaduras y no solo eso si no marcas hechas de sangre y más cosas - ¡DONDE ESTA EL DUEÑO DE ESTE LUGAR! – Alguien le contesto – m-murió quemado – miro enojadamente sus manos – maldito bastando, hacerle esas cosas a esos niños, es imperdonable, que se pudra en el infierno – levanto a Takeru – hijo, ayúdame con la chica de pelo celeste – el muchacho obedeció y la levanto, observó que tenía un ojo y una parte de la cara totalmente quemada, llevando a los niños al castillo y los otros acompañando.
Al llegar la mujer empezó a operar al muchacho que tenía no solo una parte de su cara quemada si no también sus orejas y toda su espalda, alo acostó boca-abajo en la camilla, se puso unos guantes, saco unos grandes frascos y dijo – empezaré, hijo ve a los otros niños, tal ves conozcas a alguno de ellos – el chico obedeció y se alejo de la habitación. Observó a los heridos, y los reconoció en un instante, pero antes se sacó su capa, el chico se quedo sorprendido al observar a sus mismísimos compañeros de cuarto, la chica de cabello negro y ojos rojos era Yukira, el no le hablaba mucho que digamos. La otra chica del mismo color de cabello pero con ojos café es Miharu, le caía bien pero no era su súper amiga, la chica de cabello azul es Tsuki, lo mismo que Miharu...El chico enmascarado es Zaiden, el novio de Tsuki, pues a los dos los conocía pero no andaba mucho con ellos, y la chica de cabello celeste es Aioria, a quien le dijo que le daría siempre apoyo y la defendería. Seguía observando a los inquilinos en el castillo hasta que una voz que provenía de la peliazul dijo - ...veo que no has cambiado, ¿y que nombre te pusieron? – El muchacho dijo – pues mi madre adoptiva me llama Takemaru, y ¿como es que escaparon del incendio? – La chica dijo – solo salimos, pero Ai-chan se quedo dentro – el chico lobo se le levantaron sus orejas y observo a la chica muy desorbitadamente – creo que no alcanzo a escapar y...salio tarde – el chico ahora la miro asombrado, pero de inmediato cargo a la chica de cabello celeste en sus brazos y observó su cara, por una parte quemada y con un ojo faltante – o jala que madre acabe pronto – pasaron los minutos, y de una habitación salió un chico con unas cicatrices en la cara y con orejas de gato – hice lo que puse, pero vi que mi esposo había hecho “algo” con las orejas humanas – el chico gatuno estaba muy contento y se le veía en el rostro – gracias señora – dijo el chico muy alegremente y fue al lado de la chica oji roja – hijo, ahora le toca a ella – interrumpió Miharu – discúlpenos pero... – enseño una mitad de su cara que estaba tapada por unos flequitos de pelo, después, Yukira mostró su frente, y la chica peliazul un brazo suyo y al final el muchacho enmascarado su rostro – nosotros también queremos que nos ayude – dijeron a coro las niñas y el chico, con asombro el muchacho lobo respondió – después de ella nos encargaremos de ustedes – cargando a la chica, esta estaba inconsciente aún pero respiraba, de un momento para otro abrió su único ojo, cada vez mas abierto, su mirada decía que estaba asustada, que donde estaba y quien era. Muchas preguntas solo lo decía una mirada, cada vez mas estirado su iris y su pupila, tan estirada como la de un felino o algo más...al final cerró su ojo pero lentamente.
Llegando hasta la habitación el chico la recostó suavemente a la muchacha – hijo, vuelve a donde estabas, si algo pasa te llamare – el chico asintió y se retiró, volvió a donde se encontraban los otros niños, el se sentó en un sillón y preguntó – y como es que el orfanato se volvió a incendiar – Tsuki contestó – la verdad, tal vez fue por obra del dueño, ¿recuerdas que el siempre hablaba solo? – Miharu interrumpió – un día vino un sujeto y dijo que estaba...eh...enfermo – la peliazul continuó - y parece que esa enfermedad era del cerebro o algo así y nos decía que dios le había mandado quemar el orfanato, creo que como el la noche lo quemo – interrumpió Zaiden – porque sentí el aroma de algo muy...como decirlo, bueno cierto olor que es como si algo se quemara – prosiguió la chica – y el nos salvó a todos ¿cierto amor? – Interrumpió el chico lobo – ¡esperen un segundo los dos! O sea que todo este tiempo...tenía... ¿esquizofrenia? – Curiosamente, los niños asintieron rápidamente, el muchacho lobo se puso una mano en su cabeza y suspiró – con razón pasaba tanta cosa extraña, y el murió en el incendio ¿no? – La chica ojicafe habló – si, y tuviste mucha suerte de haber sido adoptado – la mayor parte, abajó su cabeza, el chico se dio cuenta de la desdicha de los demás, tan solo con esa edad, y aún nadie... – Takemaru, ven un segundo – dijo sorpresivamente su madre, su hijo fue donde estaba ella y le susurro – creo que estamos con un problema – el muchacho contesto - ¿Qué pasa? ...¿acaso m-murió? – Su madre negó con la cabeza – creo que el 80% de su piel esta quemada y ya le hice transplantes pero...no alcanzo para su cara – el chico preguntó – puedo... ¿ver como esta? – la mujer asintió y fueron a ver a la chica, estaba en la camilla, y apenas respiraba, se notaba que su mano estaba totalmente cicatrizada, igual que su cuello – necesito piel, y no se de donde sacarla, si fuera mía tendría consecuencia de tener piel algo, COF vieja COF – el chico se quedo mirando a la muchacha, ya ni tenía aspecto de viva, pues extrañamente perdió el color de su piel, y ahora estaba muy grisácea – madre... ¿esta viva cierto? – la chica abrió su ojo como antes pero ahora como si fuera de una película de terror muy siniestra – quien esta hay – habló espeluznantemente la chica
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Aioria- Mizukage
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Re: DEATH (historia asdas)
Nee ~ Ya te lo dije, pero bueh
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